Analogía del carruaje
Esta analogía de la estructura humana extraída de las tradiciones orientales nos permite tener una idea general del funcionamiento del ser humano y de sus dificultades, además de ayudarnos a comprender cómo funcionan los diferentes cuerpos del ser: el cuerpo físico, el cual podemos ver y tocar porque tiene una vibración muy lenta que se muestra de forma sólida, el cuerpo emocional de vibración más rápida, que no se puede tocar, pero sí sentir y el cuerpo mental de vibración todavía más rápida y sutil que los dos anteriores generando pensamientos a una velocidad casi instantánea. Necesitamos estos tres cuerpos para poder vivir y no somos ninguno de ellos. Para poder conocer al conductor de nuestro carruaje es importante que estos tres cuerpos estén en armonía y trabajen para un mismo fin. Si cada uno de ellos desea cosas diferentes y van por caminos distintos lo que sucede es que reina el caos y la confusión.
Nuestro primer paso sería hacer funcionar estos tres cuerpos en equilibrio y con un propósito en común. El segundo paso sería reflexionar sobre cómo cuidamos estos cuerpos.
En la analogía del carruaje se compara al ser humano con un conjunto formado por un carruaje, un caballo que tira de él, un cochero que dirige el carruaje y el dueño sentado en el carruaje detrás del cochero.
El carruaje representa el cuerpo físico; el caballo, el cuerpo emocional; el cochero, el cuerpo mental; y el amo, el Ser. Para avanzar eficazmente por el camino es necesario tener un carruaje en buen estado, es decir un cuerpo físico sano. Es también necesario tener un buen caballo, cuanto más fuerte sea más aprisa se avanza y más posibilidades se tienen de descubrimientos y experiencias. Esto significa tener un cuerpo emocional fuerte, con energía. Un caballo bien vigoroso debe ser bien dirigido, de lo contrario puede desbocarse y correr hacia cualquier sitio, acabando en la cuneta con el carruaje deteriorado. Esto es lo que sucede cuando dejamos que sean nuestras emociones las que dominan nuestra vida. Sin embargo el caballo es necesario para tirar del carruaje y debe hacerlo con eficiencia. El buen estado del cuerpo físico depende mucho del número de veces que el cochero (el cuerpo mental) ha sido incapaz de controlar al caballo y este se ha desbocado. Sabemos que el estado de nuestro cuerpo físico depende mucho de nuestras emociones. La función del cochero es dirigir el caballo con sabiduría e inteligencia y escuchar las indicaciones del Ser que es quien conoce el camino. El Ser sería la parte espiritual.
Nuestros primeros pasos en la escuela de la vida bien podrían estar enfocados a sentir, pensar y actuar en la misma línea, teniendo en cuenta que cada uno de estos cuerpos: físico, emocional y mental tienen necesidades diferentes y se han de nutrir de manera equilibrada para que las deficiencias de uno no recaigan sobre los otros.
Añadir Comentario