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“Que el alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”

Come en armonía con la naturaleza

La calidad de nuestra alimentación está intrínsecamente ligada a la calidad de nuestra salud y de nuestras vidas.

Desde los últimos 200 años debido a la modernización de la agricultura y a los productos procesados, la alimentación se ha ido apartando más y más de una forma tradicional y natural.

La alimentación natural que consumieron nuestros antepasados durante miles de años estaba basada en cereales integrales, legumbres y proteínas vegetales, verduras, frutas locales y estacionales, semillas, frutos secos, con una pequeña cantidad de productos animales, algas y condimentos naturales.

Todo en la naturaleza tiene su propia energía y fuerza vital

Observando y siendo conscientes de las cualidades y efectos de cada alimento conseguiremos nuestros propios patrones de salud y vitalidad, aportando a nuestra vida armonía y equilibrio a nuestro cuerpo, mente, emociones y espíritu.

Hábitos saludables para promover la salud

  • Usar productos integrales, sin refinar o procesar
  • Usar alimentos locales
  • Usar principalmente productos ecológicos
  • Volver a la cocina casera
  • Adaptar la alimentación a los cambios estacionales
  • Alimentarnos de acuerdo a nuestras necesidades personales
  • Escuchar nuestra intuición y los mensajes de nuestro cuerpo
  • Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo

Plan alimentario para todo un día

Desayuno: Para empezar el día es ideal comenzar por tonificar el intestino por ejemplo con una infusión de tomillo o romero que calientan y revitalizan o un café de cereales. Es importante que el desayuno se componga de un cereal de grano entero integral, arroz, mijo, quinoa, trigo sarraceno, avena… el cual podemos combinar con semillas y frutos secos. No utilizar endulzantes ni frutas en el desayuno.

Media mañana: podemos comer un bocadillo o tostadas con pates, o un puñado de frutos secos.

Comida de mediodía: Plato combinado: proteína, cereal integral, verduras raíz y redondas, verduras de hoja verde. Complementos: algas (2 cucharadas soperas por día), pickles (1 cucharada sopera al día), germinados. Verduras redondas: Calabaza, coliflor, col blanca, col roja, calabacín, alcachofa. Verduras de hoja verde: brócoli, berros, puerros, judía verde, escarola, apio, col verde.

Media tarde: fruta cocinada como compota, horno etcétera o fruta cruda.

Cena: crema de verduras dulces con algo de proteína vegetal o pescado a la plancha u horneado. Tener en cuenta de cenar temprano, o por lo menos no irnos a dormir enseguida después de cenar. Después de la cena si nos apetece podemos tomar una infusión. Una hora después de la cena podemos tomar algo de fruta cocida tipo compota o al horno o comer algún postre. Los postres y fruta nunca se deben comer enseguida después de las comidas ni mezclarlos con las mismas ya que intervienen en el proceso de digestión de forma negativa provocando una fermentación anormal, lo que conduciría a flatulencias y sensación de hinchazón abdominal.

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